Locuras del lavadero

Entre los lavaderos de Molières y Montabé, hoy desaparecidos, cuatro artistas invitan al visitante a encontrarse con las lavanderas de antaño.
El lugar donde las lavanderas iban a trabajar al lavadero de Molières, una fotografía monocromática del siglo XX, reproducida en tamaño natural por Bernard Sustrac, sitúa el escenario.
Las coloridas siluetas de las lavanderas de Claude Laurent juegan aquí con los contrastes e invitan a no imaginar el pasado sino a proyectarse por un momento en este lugar sinónimo de vida, de encuentro y de compartir. El blanco, el negro, el amarillo y el rojo representan a la humanidad, el verde representa la naturaleza y el azul representa el cielo.
Au fil du chemin entre les deux lavoirs, le visiteur peut découvrir La grande lessive aux trente-six bannières, un poème d'Ingrid Ley, décrivant les gestes laborieux et coutumiers des lavandières, les vêtements intimes dévoilés, l'eau, la saponaire, el carbón. Hábitos y valores ancestrales que hacen eco de la condición de la mujer en la organización de la sociedad.
Enfin, non loin de l'ancien lavoir de Montabé, aujourd'hui propriété privée, une installation de K-rol Cordier, amène le visiteur à percevoir l'esprit des lavandières portant l'espoir d'une émancipation à travers le rêve d' un mundo mejor. Los materiales alterables así como los colores cuidadosamente elegidos hacen eco de la evaporación de los recuerdos si no nos preocupamos de transmitirlos y honrarlos.
Luego, el caminante será implícitamente llamado a volver sobre sus pasos desde Montabé a Molières para descubrir las palabras escondidas en el poema de Ingrid Ley.